sábado, 16 de octubre de 2010

Vivir en la calle


¿Qué respuesta puede tener una lata de cerveza en el medio del Pacifico? La respuesta es soledad, un mal que nos turba y nos enferma, piensen todos un poco, pónganse en el lugar de esta lata en medio del océano y sabrán lo que se siente ser un muchacho de la calle. Ese niño, ese ser inocente que por hambre, por frío o por falta de cariño consume pega. Consume para olvidar el hambre o para olvidar el dolor. Esa criatura busca como olvidarse de que cada noche se acuesta en un piso frío con el estomago vacío. Duerme con la duda de saber si al día siguiente habrá que comer. Así sigue la rutina para ese niño, esperando que a alguien le de lástima y se le ablande el corazón y le brinde algo

La lluvia……Unos la detestan y a otros les encanta. Unos la aprovechan para dormir porque tienen un lugar seguro donde hacerlo. Pero para los muchachos de la calle es fastidiosa porque si no corren rápido a un lugar donde protegerse ya saben que les espera. Ustedes piensan que en la calle pueden haber sitios seguros para esconderse de la lluvia. ¿Qué tan seguros pueden estar? Aún cuando conseguimos un lugar donde no nos mojamos tenemos que evadir el frío. Buscamos cartones para arroparnos. Combinen un poco el frío y el hambre que se siente y sabrán porque uno dice “menos mal que existe la pega o si no como lo aguanto….”

Luis Henderson Jiménez
Fuente: Boletín Nosotros también soñamos Boletín No 2 1983
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