viernes, 25 de octubre de 2019

Infancia de luto

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ESPECIALES · 22 OCTUBRE, 2019 18:00

Infancia de luto

Nueve niños, niñas y adolescentes de edades cortas pero con historias largas. Huérfanos de padre o madre. Abandonados por el Estado, sin plena identidad o sometidos a la inseguridad. Vidas vinculadas por siempre a la injusticia, a la impunidad y la desconfianza.
Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

Nueve niños, niñas y adolescentes de edades cortas pero con historias largas. Huérfanos de padre o madre. Abandonados por el Estado, sin plena identidad o sometidos a la inseguridad. Vidas vinculadas por siempre a la injusticia, a la impunidad y la desconfianza.
¿Cómo abordarlos periodísticamente para que, además de hacerlos visibles, el resultado fuera útil?
Hacía falta algo más que una libreta y un lápiz.
Este trabajo es producto de meses de preparación y acompañamiento.
Fue complejo buscar las historias, complicado que las familias permitieran entrevistar a niños, niñas y adolescentes víctimas de trauma y un reto diseñar un programa en el que convergieran la pericia de los reporteros y el método de los psicólogos.
Con el aval de la organización Cecodap y Efecto Cocuyo se conformó un equipo integrado por periodistas, editores, fotógrafos, videógrafos e infógrafos, siempre de la mano de psicólogos que fueron piedra angular del proceso de entrevistas. Se buscó una aproximación sensible y de contención, conscientes de que remover esos retazos de recuerdo podía desatar un caudal difícil de recomponer.
Entre todos recogimos y registramos nueve historias en cuatro estados del país: Miranda, Zulia, Vargas y Distrito Capital.
Este es un trabajo que no se hizo de una sola vez. Reporteros y especialistas visitaron dos, tres, cuatro veces a los niños, niñas y adolescentes. Cuantas veces fuera necesario para poder entender y plasmar la dimensión de la tragedia.
Como lo dijo Francisco Sánchez, uno de los psicólogos que diseñó el funcionamiento en conjunto: “en esta ocasión no se trataba de participar como fuente, sino de crear conocimiento juntos”.
Además de los textos, presentamos audios que contienen una visión aproximada de cada uno de los casos con perspectiva psicológica. Sin pretender hacer diagnósticos profundos, ofrecemos indicios sobre lo que sus voces intentan expresar.
En algunos casos se les pidió a los entrevistados y entrevistadas utilizar colores y papel para expresarse, hacer dibujos. Es tanto el peso de la adversidad, que hasta la negativa de participar en el ejercicio tenía significado.
En algunos casos, los familiares permitieron fotos y conversaciones abiertas. En otros, amenazas aún penden sobre ellos. No pueden permitirse un paso en falso.
Pero más allá de la particularidad de Ale, Alejandra, Andrés, Darío y Javier, Jesús, David, Mariela Mike y Stefany, los une un mismo resultado: el Estado venezolano no solo ha fallado en garantizar la seguridad que los niños merecen, sino también en proveer protección, atención y reparación a través de las instituciones públicas dispuestas para ello.
Aquí, nueve casos de niños, niñas y adolescentes, víctimas que llevan una infancia de luto.
Lea el especial aquí:
 

viernes, 11 de octubre de 2019

Cuando el niño era niño



Peter Handke  Premio Nobel de Literatura  2019



  Cuando el niño era niño,
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente,
y este charco el mar.
Cuando el niño era niño,
no sabía que era niño,
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño,
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ningún hábito,
frecuentemente se sentaba en cuclillas,
y echaba a correr de pronto,
tenía un remolino en el pelo
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué yo soy yo y no soy tú?
¿Por qué estoy aquí y por qué no allá?
¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol es tan solo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo frente al mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad es mala?
¿Cómo es posible que yo, el que yo soy,
no fuera antes de existir;
y que un día yo, el que yo soy,
ya no seré más éste que soy?
Cuando el niño era niño,
no podía tragar las espinacas, las judías,
el arroz con leche y la coliflor.
Ahora lo come todo y no por obligación.
Cuando el niño era niño,
despertó una vez en una cama extraña,
y ahora lo hace una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora, con suerte, solo en ocasiones.
Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuirlo.
Nada podía pensar de la nada,
y ahora se estremece ante a ella.
Cuando el niño era niño,
jugaba abstraído,
y ahora se concentra en cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.
Cuando el niño era niño,
como alimento le bastaba una manzana y pan
y hoy sigue siendo así.
Cuando el niño era niño,
las moras le caían en la mano como sólo caen las moras
y aún sigue siendo así.
Las nueces frescas le eran ásperas en la lengua
y aún sigue siendo así.
En cada montaña ansiaba
la montaña más alta
y en cada ciudad ansiaba
una ciudad aún mayor
y aún sigue siendo así.
En la copa de un árbol cortaba las cerezas emocionado
como aún lo sigue estando,
Era tímido ante los extraños
y aún lo sigue siendo.
Esperaba la primera nieve
y aún la sigue esperando.
Cuando el niño era niño,
tiraba una vara como lanza contra un árbol,
y ésta aún sigue ahí, vibrando.
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